El negocio crece, nace Semen Cardona
El negocio arrancaba. El boca a boca había hecho su efecto y Maria Àngels Rial era cada vez más conocida, junto con su método de inseminación artificial para preñar cerdas. El volumen de dosis que reclamaban los clientes iba creciendo y, con ello, el negocio. Para hacer frente al aumento de demandas, era necesario hacerse con más sementales para producir más dosis.
Tal llegó a ser el volumen de verracos que necesitaban que, según ha relatado Maria Àngels en alguna ocasión “había sementales por todos lados, hasta en el garaje”. Era principios de los 80 y el negocio empezaba a adquirir tal magnitud que se hacía necesario regularlo, normalizar la situación empresarial, tal como les habían aconsejado los veterinarios. Así que se pusieron manos a la obra para convertir una idea que arrancaba, en un negocio completo.
Mediante los ahorros que había conseguido, Maria Àngels decidió adquirir una finca y se crearon unas instalaciones punteras, con lo mejor que había en el mercado en cuanto a estructura y tecnología. De esta manera, nacía la primera empresa en el estado español que se dedicaba a la producción de semen de manera industrial. Así veía la luz Semen Cardona, pese a que no todo sería tan fácil, como descubriremos en el siguiente episodio.